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martes, 21 de diciembre de 2010

Un caso positivo

Como siempre, el timbre de entrada a la escuela tocó a la siete y treinta. Era el primer día de clases de Mariela, estaba muy nerviosa y ansiosa por conocer a sus nuevas compañeras, tanto que no le afectaba, por lo menos ese día, el problema que venía sobrellevando.
Ese mismo día, su madre se acercó a la escuela para charlar con el director el problema de salud que afectaba a su hija, en eso estaban cuando Pía, una alumna de la misma división que Mariela, fue enviada a la dirección con una nota de su profesora. La muchacha, al ver que el director estaba ocupado, se quedó afuera esperando pacientemente, la puerta estaba entreabierta y no pudo evitar escuchar: Mariela estaba afectada por el HIV. La mamá, muy angustiada decía que había tenido que cambiarla de escuela a causa de la discriminación que había sufrido su hija y rogó al director que tomara los recaudos necesarios para que su hija sea aceptada y no fuera objeto de burlas y malos tratos.
Ni lerda ni perezosa, Pía, olvidando el asunto que la había llevado a la dirección, volvió inmediatamente al aula y con mucha imprudencia desparramó la noticia en el curso; por supuesto, al otro día toda la escuela lo sabía. Mariela notó que los chicos se alejaban de ella, algunos se reían, otros la miraban con curiosidad, hasta que se escuchó una voz de alguien que no pudo identificar gritando -“¡No queremos sidosas en nuestra escuela!”. En ese momento Mariela creyó que el mundo se abría a sus pies, todo comenzó a girar y un mareo la invadió pero sacó fuerzas de alguna parte y decidió que tenía que enfrentar la situación, no podía vivir escondida. Pasó el tiempo y la muchacha valientemente soportaba risas, burlas y desprecios de Pía y su grupo de amigas, pensó que en algún momento todo eso se acabaría y los demás chicos se acostumbrarían a ella. Así fue que un buen día, chicos y chicas de otras divisiones se acercaron para decirle que a ellos no les importaba lo de su enfermedad, que los profesores les habían explicado acerca del asunto, que se notaba que ella era una buena persona y que con eso bastaba. Entre ellos estaba Mirta, una chica muy buena y comprensiva de la cual se hizo muy amiga. ¡Al fin un respiro para la pobre Mariela! Mientras tanto Pía y sus amigas continuaban con las risas y las burlas.
Así transcurrían los días en la escuela hasta que una mañana, ya muy cerca de las ansiadas vacaciones de verano, Pía entró al salón de clases mucho más tarde que de costumbre, no saludó como siempre lo hacía, se sentó sola en una mesa del fondo y fijó la mirada distraída en la ventana que daba al patio. Sus compañeros estaban organizando con la profesora la cena de fin de curso y discutían acerca de centros de mesa, tarjetas de invitación, vestidos… pero a Pía parecía no importarle nada solamente pensaba en la conversación que la noche anterior había tenido con su padre. Este le contó que padecía de HIV por una transfusión, que hacía tiempo que estaba en tratamiento y que estaba muy bien, que no había nada de qué preocuparse pero quería que ella estuviera al tanto. Pía no pudo reaccionar por un rato, en unos segundos su vida había cambiado, no hacía más que pensar en su compañera, en lo que le había hecho. Se animó y le contó a su padre con mucha angustia que había hecho algo terrible, que se había burlado de una compañera que padecía de lo mismo, lloró mucho y le prometió a su padre que hablaría con ella.
Entretanto sus compañeros seguían proponiendo ideas para su graduación. Tocó el timbre de recreo, salieron al patio y Mariela como siempre trató de pasar lo más lejos posible de Pía. Esta, al darse cuenta de que su compañera la evitaba y se escabullía gritó en el medio del patio: -“¡Por favor, Mariela, perdoname!”. Mariela no podía creer lo que estaba escuchando, se acercó muy lentamente a Pía mirándola fijamente interrogándola con la mirada, cuando estuvo al lado, Pía le contó lo de su padre y pidió mil veces perdón. Mariela, sin rencores ni reproches, la abrazó fuertemente y le dijo que no se preocupara, que todos cometen errores pero que lo importante era darse cuenta a tiempo.
Los últimos días de clases transcurrieron más tranquilos que nunca, la cena de graduación fue un éxito y las dos chicas se convirtieron en grandes amigas.



Autoras: Lucía Dettler
Perla Farías

Amor que daña

Era un día de verano como muchos pero, si mal no recuerdo, era un 2 de febrero, uno de los días más calurosos del año que de tanto calor, no se sabía qué hacer.
Como siempre Agustina esa tarde, se sentó en la computadora y abrió su cuenta para comunicarse con amigas sin saber que ese día iba a empezar una historia muy linda.
En una conversación la agregó un chico de apariencia buena llamado Martín, sin conocerlo empezaron una charla que duró horas pero esa comunicación no terminaba ese exacto día, estuvieron horas, días, meses hablando hasta que un día decidieron conocerse un fin de semana. Ella estaba tan nerviosa que no sabía qué ponerse para ir a verlo, estaba tan enamorada y eso que la cosa no pasaba de comunicaciones por chat, llamadas por teléfono y fotos.
El día que se conocieron él le demostró ser a ella una persona extraordinaria, pasaban mucho tiempo juntos hasta que al fin se pusieron de novios. Ella se sentía rara ya que nunca se había enamorado de una persona a la que jamás en su vida había visto y de la que solo le tomó unos pocos meses enamorarse, nunca había sentido nada igual. Pasó casi un mes y al verse, como lo hacían a diario, el de su boca le dijo al oído: "te amo”, ella en ese momento sintió unas cosquillas en la panza imposibles de explicar. Pocos meses después, él le hizo una propuesta difícil de poder cumplir, le pidió que se cambiara de colegio para así poder verse mas seguido y poder así estar más cerca. ¡Le costó tanto poder convencer a sus padres! Pero, al fin, logró hacerlo.
Ella creía que iba a estar feliz estando cerca de él pero cuando se cambió de escuela ya no era el mismo chico que ella veía a diario; empezó a sentirse rara y también a darse cuenta de muchas cosas, todo empezó a ponerse complicado para él. Un día se le empezaron a abrir los ojos a Agustina y pudo darse cuenta de que el amor de su vida no era lo que parecía y demostró ser otro distinto al poco tiempo de que ella se cambiara de escuela. Él la dejó y ese día ella comenzó a darse cuenta de qué tipo de persona era realmente Martín, era algo diferente a todo lo que parecía ser. Hoy, y aunque hayan pasado algunos meses, ella lo sigue amando mientras él está con otras chicas sin darse cuenta del mal que le hace a la persona que más lo ama en la vida.
Agustina entendió que todo lo prometido sólo fue un suspiro que el viento se llevó como ese "te amo" que le dijo al oído en aquellos primeros días tan felices.
Hasta el día de hoy ella trata de ser feliz y trata de no pensar en quien la lastimó y prefiere recordar que durante algunos de aquellos lejanos días, él le dio su amor.
Toda esta historia es y será un sueño lejano transformado en pesadilla pero ella confía en lo que alguna vez escuchó: “el tiempo es sabio y todo lo cura”.
Tendrá que tener paciencia Agustina ya que lo que no mata fortalece y la vida es eso, justamente vivir una experiencia tras otra, algunas muy buenas, otras, no tanto pero de aprender se trata.



Autora: Loana Micaela Grandoli.

El totem

En Florencia, ciudad al Norte de Italia poco poblada. se encontraban tres chicos llamados Harry, Maricel y Manuel. Harry y Maricel eran hermano mellizos, tenían 12 años y Vivian con su mayor,su deseo era encontrarse con sus padres, luego estaba Manuel que era su amigo y tenia 11 años que vivía a la vuelta de su casa.
Un día como todos mientras leían un libro lleno de misterios, los tres decidieron ir a la selva llena de miedo y llena de terror a buscar el Poste (totem) era un tronco de entre 10 y 15 mtrs para pedir un deseo.
Pero no estaban seguros de que hacían lo correcto por que sabían con lo que se encontrarían.
Luego de su decisión, partieron los tres a la selva, el primer día fue muy agotador , entonces decidieron acampar y a la mañana siguiente a primera hora seguir su camino. Al otro día siguieron caminando pero ya no les quedaba más agua, entonces se dirigieron hacia un río para llenar sus cantimploras y cruzaron el puente hacia él, luego de llenarlas se prepararon para cruzar, el puente, pero de pronto se les aparecido un ogro que les cortó el puente para que no pudieran pasar, entonces Harry les dijo a los demás que fuerana buscar una liana para poder cruzar, cuando la trajeron, Harry la ató a un gancho y la lanzó hacia el otro lado del Barranco y así puedieron cruzar , menos Manuel que se cayó, entonces Maricel comenzó a llorar , Harry le dijo que no llorara más que ya iban a buscar la forma de sacarlo, luego Maricel pensó y le dijo a Harry que le lanzara la misma liana con el gancho para sacarlo, y así tiraron hasta que lo sacaron y contentos siguieron su camino. Hablando y hablando llegaron o la cueva pero en la entrada se les aparecieron dos duendes que los ataron junto a un árbol , entonces Manuel dijo que esperaran a que se durmieran los duendes para poder escapar: así lo hicieron y rápidamente entraron a la cueva, que estaba llena de piedra preciosas, sobre todo rubíes y en el fondo estaba el totem , entonces los hermanos se tomaron de la mano y pidieron lo que más querían: volver con sus padres, el deseo fue tan querido que se les cumplió y así volvieron con sus padres y fueron los niños más felices del mundo.

AUTORA: Florencia Sosa.

Los perros callejeros

Un día, un chico llevó a pasear a su hermoso perro. Cuando pasaron por un callejón se encontraron con un perro de la calle flaco, lastimado y sin compañía, pero al ver que estaba sucio y revolviendo la basura se alejaron de él. Mientras se alejaban, el perro callejero los miraba con sus ojos tristes y el otro perro le decía:
- A vos jamás te van a querer. Mirá lo que sos, un perro que solo estorba a las personas.
Meses después, el perro callejero encontró al otro perro en la calle llorando, porque su dueño lo había abandonado. El perro callejero se acerco a él y le pregunto qué le sucedía y quiso ayudarlo. El otro perro nunca aceptó su ayuda por venir de un perro callejero y sucio… Pasaban los meses y el perro abandonado no supo aprender a manejar su vida en la calle, como los demás perros callejeros. Fue adelgazando, perdiendo su bello pelaje y ya no tenía fuerzas ni para ponerse de pie.
Una noche el perro callejero, que por ser así tenía demasiada experiencia en la calle, lo encontró tirado en el suelo, moribundo y con mucha hambre. Lo primero que hizo ante esta situación fue buscar alimento, como hacía todos los días para su supervivencia, y se lo dejó en el suelo al mismo perro que anteriormente fue orgulloso y egoísta al no querer ayudarlo en su necesidad.
Con esta ayuda que el pero callejero le dio, el perro abandonado sobrevivió a esa noche y comprendió cómo era la vida en la calle, así como también se dio cuenta de que no era ni más ni menos que los demás perros.


MORALEJA: “No hay que discriminar a los demás, en el mundo somos todos iguales”.

El surgimiento de la traición.

El surgimiento de la traición.


Luego de la muerte de Argos, rey de Persia, sus hijos Martos y Elindes, se enfrentaron en una guerra por el trono que duró treinta y seis años. Ésta fue generada porque el más chico, Martos, estaba celoso de Elindes, ya que a éste le correspondía el trono al ser el hermano mayor; por lo que decidió volverse en contra de él y de los hombres que lo acompañaban en su mandato.
Sin embargo, tiempo más tarde Martos les propone a los súbditos de su hermano, que si lo ayudaban a obtener el trono, los compensaría con un botín de oro y plata.
Éstos aceptan la propuesta y se revelan en contra de Elindes haciéndole perder el mandato y coronando como nuevo rey a Martos, quien se apodera de la corona.
Luego de haber obtenido el poder, los hombres le fueron a reclamar lo que les había prometido, pero él les dijo que en ese momento estaba mintiendo y que nada de lo que les había dicho iba a suceder.
Al escuchar estas palabras, deciden volver con Elindes, pidiéndole perdón, pero ya era demasiado tarde, ya que al haber traicionado a quien en un principio era su rey , ellos también serian traicionado en algún momento de su vida
A partir de ahí surgió la traición .Por esto se sigue traicionando por poder y dinero.


Autores: Fabricio Almada
Santiago García.

La lección de la ardilla

Un día estaba la ardilla sentada afuera de su casa, comiendo bellotas que había sacado del bosque. En frente estaba el gorrión y el pájaro carpintero discutiendo cómo hacía la ardilla para conseguir tanta comida todos los días.
Un día el gorrión se enteró de que su abuela de San Juan estaba muy enferma y la tenía que ir a ver, entonces le pregunto al pájaro carpintero si le podía hacer el favor de cuidarle su casa. El pájara le dijo que o podía. La ardilla estaba allí y le dijo que con mucho gusto ella le cuidaba la casa.
El gorrión y el pájaro se quedaron hablando aparte de los rumores que se corrían a cerca de ella. Los animales estaban convencidos que ella robaba, y decidieron darle una lección a la ardilla.
Entonces ellos muy astutos decidieron ponerla a prueba, en esos momentos la invitaron a dar una vuelta a juntar bellotas y mas semillas.
Cuando juntaron todo, le dijeron a la ardilla que se quedara cuidando un segundo la comida ya que ellos volverían en un instante. Al pasar una hora aparecieron y decidieron regresar.
Al llegar a su casa y contar la comida se dieron cuenta de que no les faltaba nada, y que estaban equivocados.
Muy avergonzados fueron y le contaron a la ardilla lo que habían hecho y ella les dijo lo siguiente:
-Chicos” ¿Por qué piensan eso de mi? ¡La comida yo la saco de un pequeño monte que esta al fondo de este bosque, con muchos árboles de bellotas!-
El gorrión y el pájaro carpintero le pidieron perdón, y así la ardilla se quedó cuidando la casa del gorrión.


Autora: Josefina Taboada

El perro de la calle

Un día iba un perro caminando por las calles, creyéndose el líder de todo, ya que peleaba con todos los perros y gatos que se le cruzaban y ninguno lo podía vencer.
Este perro era vagabundo, no era de raza y siempre iba de acá para allá buscando comida. No le importaba nada, se metía en cualquier lado con tal de comer, pero así siempre se metía en casas de familia a buscar bolsas de residuos.
Una noche, hambriento fue a una casa y salio un gato, el perro enseguida peleó con éste y lo venció, entonces fue tranquilo y agarró las bolsas con basura y comió lo que había dentro.
Este perro siempre hacía lo mismo, hasta que un día se metió en una casa donde también se encontró con un gato. El perro se tiró para atacarlo pero no lo logro porque justo apareció el perro de la casa a defender al gato. Como este perro, era de raza Pitbull, lo agarro del cuello, como acostumbran a agarrar a los perros, y le dijo:
-Qué crees que haces?-
El perro le respondió:
-Vengo a buscar comida, pero me confundí de casa, perdoname-
Entonces el pitbull le dijo:
-Yo te voy a soltar, pero prometeme que no vas a lastimar a ningún otro gato, ni perro que se te cruce porque sino ahí si que no respondo de mi. ¿entendido?-
Y el perro asustado le dijo:
-Si, si. Lo prometo ¡Mil disculpas!-
Después de esto, el perro se fue muy apenado y sabiendo que no tenía que dañar nunca más a ningún animal, y sabiendo también que él no era el perro mas poderoso de todos.


Autora: Jacqueline Puntieri.