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martes, 21 de diciembre de 2010

Un caso positivo

Como siempre, el timbre de entrada a la escuela tocó a la siete y treinta. Era el primer día de clases de Mariela, estaba muy nerviosa y ansiosa por conocer a sus nuevas compañeras, tanto que no le afectaba, por lo menos ese día, el problema que venía sobrellevando.
Ese mismo día, su madre se acercó a la escuela para charlar con el director el problema de salud que afectaba a su hija, en eso estaban cuando Pía, una alumna de la misma división que Mariela, fue enviada a la dirección con una nota de su profesora. La muchacha, al ver que el director estaba ocupado, se quedó afuera esperando pacientemente, la puerta estaba entreabierta y no pudo evitar escuchar: Mariela estaba afectada por el HIV. La mamá, muy angustiada decía que había tenido que cambiarla de escuela a causa de la discriminación que había sufrido su hija y rogó al director que tomara los recaudos necesarios para que su hija sea aceptada y no fuera objeto de burlas y malos tratos.
Ni lerda ni perezosa, Pía, olvidando el asunto que la había llevado a la dirección, volvió inmediatamente al aula y con mucha imprudencia desparramó la noticia en el curso; por supuesto, al otro día toda la escuela lo sabía. Mariela notó que los chicos se alejaban de ella, algunos se reían, otros la miraban con curiosidad, hasta que se escuchó una voz de alguien que no pudo identificar gritando -“¡No queremos sidosas en nuestra escuela!”. En ese momento Mariela creyó que el mundo se abría a sus pies, todo comenzó a girar y un mareo la invadió pero sacó fuerzas de alguna parte y decidió que tenía que enfrentar la situación, no podía vivir escondida. Pasó el tiempo y la muchacha valientemente soportaba risas, burlas y desprecios de Pía y su grupo de amigas, pensó que en algún momento todo eso se acabaría y los demás chicos se acostumbrarían a ella. Así fue que un buen día, chicos y chicas de otras divisiones se acercaron para decirle que a ellos no les importaba lo de su enfermedad, que los profesores les habían explicado acerca del asunto, que se notaba que ella era una buena persona y que con eso bastaba. Entre ellos estaba Mirta, una chica muy buena y comprensiva de la cual se hizo muy amiga. ¡Al fin un respiro para la pobre Mariela! Mientras tanto Pía y sus amigas continuaban con las risas y las burlas.
Así transcurrían los días en la escuela hasta que una mañana, ya muy cerca de las ansiadas vacaciones de verano, Pía entró al salón de clases mucho más tarde que de costumbre, no saludó como siempre lo hacía, se sentó sola en una mesa del fondo y fijó la mirada distraída en la ventana que daba al patio. Sus compañeros estaban organizando con la profesora la cena de fin de curso y discutían acerca de centros de mesa, tarjetas de invitación, vestidos… pero a Pía parecía no importarle nada solamente pensaba en la conversación que la noche anterior había tenido con su padre. Este le contó que padecía de HIV por una transfusión, que hacía tiempo que estaba en tratamiento y que estaba muy bien, que no había nada de qué preocuparse pero quería que ella estuviera al tanto. Pía no pudo reaccionar por un rato, en unos segundos su vida había cambiado, no hacía más que pensar en su compañera, en lo que le había hecho. Se animó y le contó a su padre con mucha angustia que había hecho algo terrible, que se había burlado de una compañera que padecía de lo mismo, lloró mucho y le prometió a su padre que hablaría con ella.
Entretanto sus compañeros seguían proponiendo ideas para su graduación. Tocó el timbre de recreo, salieron al patio y Mariela como siempre trató de pasar lo más lejos posible de Pía. Esta, al darse cuenta de que su compañera la evitaba y se escabullía gritó en el medio del patio: -“¡Por favor, Mariela, perdoname!”. Mariela no podía creer lo que estaba escuchando, se acercó muy lentamente a Pía mirándola fijamente interrogándola con la mirada, cuando estuvo al lado, Pía le contó lo de su padre y pidió mil veces perdón. Mariela, sin rencores ni reproches, la abrazó fuertemente y le dijo que no se preocupara, que todos cometen errores pero que lo importante era darse cuenta a tiempo.
Los últimos días de clases transcurrieron más tranquilos que nunca, la cena de graduación fue un éxito y las dos chicas se convirtieron en grandes amigas.



Autoras: Lucía Dettler
Perla Farías

Amor que daña

Era un día de verano como muchos pero, si mal no recuerdo, era un 2 de febrero, uno de los días más calurosos del año que de tanto calor, no se sabía qué hacer.
Como siempre Agustina esa tarde, se sentó en la computadora y abrió su cuenta para comunicarse con amigas sin saber que ese día iba a empezar una historia muy linda.
En una conversación la agregó un chico de apariencia buena llamado Martín, sin conocerlo empezaron una charla que duró horas pero esa comunicación no terminaba ese exacto día, estuvieron horas, días, meses hablando hasta que un día decidieron conocerse un fin de semana. Ella estaba tan nerviosa que no sabía qué ponerse para ir a verlo, estaba tan enamorada y eso que la cosa no pasaba de comunicaciones por chat, llamadas por teléfono y fotos.
El día que se conocieron él le demostró ser a ella una persona extraordinaria, pasaban mucho tiempo juntos hasta que al fin se pusieron de novios. Ella se sentía rara ya que nunca se había enamorado de una persona a la que jamás en su vida había visto y de la que solo le tomó unos pocos meses enamorarse, nunca había sentido nada igual. Pasó casi un mes y al verse, como lo hacían a diario, el de su boca le dijo al oído: "te amo”, ella en ese momento sintió unas cosquillas en la panza imposibles de explicar. Pocos meses después, él le hizo una propuesta difícil de poder cumplir, le pidió que se cambiara de colegio para así poder verse mas seguido y poder así estar más cerca. ¡Le costó tanto poder convencer a sus padres! Pero, al fin, logró hacerlo.
Ella creía que iba a estar feliz estando cerca de él pero cuando se cambió de escuela ya no era el mismo chico que ella veía a diario; empezó a sentirse rara y también a darse cuenta de muchas cosas, todo empezó a ponerse complicado para él. Un día se le empezaron a abrir los ojos a Agustina y pudo darse cuenta de que el amor de su vida no era lo que parecía y demostró ser otro distinto al poco tiempo de que ella se cambiara de escuela. Él la dejó y ese día ella comenzó a darse cuenta de qué tipo de persona era realmente Martín, era algo diferente a todo lo que parecía ser. Hoy, y aunque hayan pasado algunos meses, ella lo sigue amando mientras él está con otras chicas sin darse cuenta del mal que le hace a la persona que más lo ama en la vida.
Agustina entendió que todo lo prometido sólo fue un suspiro que el viento se llevó como ese "te amo" que le dijo al oído en aquellos primeros días tan felices.
Hasta el día de hoy ella trata de ser feliz y trata de no pensar en quien la lastimó y prefiere recordar que durante algunos de aquellos lejanos días, él le dio su amor.
Toda esta historia es y será un sueño lejano transformado en pesadilla pero ella confía en lo que alguna vez escuchó: “el tiempo es sabio y todo lo cura”.
Tendrá que tener paciencia Agustina ya que lo que no mata fortalece y la vida es eso, justamente vivir una experiencia tras otra, algunas muy buenas, otras, no tanto pero de aprender se trata.



Autora: Loana Micaela Grandoli.

El totem

En Florencia, ciudad al Norte de Italia poco poblada. se encontraban tres chicos llamados Harry, Maricel y Manuel. Harry y Maricel eran hermano mellizos, tenían 12 años y Vivian con su mayor,su deseo era encontrarse con sus padres, luego estaba Manuel que era su amigo y tenia 11 años que vivía a la vuelta de su casa.
Un día como todos mientras leían un libro lleno de misterios, los tres decidieron ir a la selva llena de miedo y llena de terror a buscar el Poste (totem) era un tronco de entre 10 y 15 mtrs para pedir un deseo.
Pero no estaban seguros de que hacían lo correcto por que sabían con lo que se encontrarían.
Luego de su decisión, partieron los tres a la selva, el primer día fue muy agotador , entonces decidieron acampar y a la mañana siguiente a primera hora seguir su camino. Al otro día siguieron caminando pero ya no les quedaba más agua, entonces se dirigieron hacia un río para llenar sus cantimploras y cruzaron el puente hacia él, luego de llenarlas se prepararon para cruzar, el puente, pero de pronto se les aparecido un ogro que les cortó el puente para que no pudieran pasar, entonces Harry les dijo a los demás que fuerana buscar una liana para poder cruzar, cuando la trajeron, Harry la ató a un gancho y la lanzó hacia el otro lado del Barranco y así puedieron cruzar , menos Manuel que se cayó, entonces Maricel comenzó a llorar , Harry le dijo que no llorara más que ya iban a buscar la forma de sacarlo, luego Maricel pensó y le dijo a Harry que le lanzara la misma liana con el gancho para sacarlo, y así tiraron hasta que lo sacaron y contentos siguieron su camino. Hablando y hablando llegaron o la cueva pero en la entrada se les aparecieron dos duendes que los ataron junto a un árbol , entonces Manuel dijo que esperaran a que se durmieran los duendes para poder escapar: así lo hicieron y rápidamente entraron a la cueva, que estaba llena de piedra preciosas, sobre todo rubíes y en el fondo estaba el totem , entonces los hermanos se tomaron de la mano y pidieron lo que más querían: volver con sus padres, el deseo fue tan querido que se les cumplió y así volvieron con sus padres y fueron los niños más felices del mundo.

AUTORA: Florencia Sosa.

Los perros callejeros

Un día, un chico llevó a pasear a su hermoso perro. Cuando pasaron por un callejón se encontraron con un perro de la calle flaco, lastimado y sin compañía, pero al ver que estaba sucio y revolviendo la basura se alejaron de él. Mientras se alejaban, el perro callejero los miraba con sus ojos tristes y el otro perro le decía:
- A vos jamás te van a querer. Mirá lo que sos, un perro que solo estorba a las personas.
Meses después, el perro callejero encontró al otro perro en la calle llorando, porque su dueño lo había abandonado. El perro callejero se acerco a él y le pregunto qué le sucedía y quiso ayudarlo. El otro perro nunca aceptó su ayuda por venir de un perro callejero y sucio… Pasaban los meses y el perro abandonado no supo aprender a manejar su vida en la calle, como los demás perros callejeros. Fue adelgazando, perdiendo su bello pelaje y ya no tenía fuerzas ni para ponerse de pie.
Una noche el perro callejero, que por ser así tenía demasiada experiencia en la calle, lo encontró tirado en el suelo, moribundo y con mucha hambre. Lo primero que hizo ante esta situación fue buscar alimento, como hacía todos los días para su supervivencia, y se lo dejó en el suelo al mismo perro que anteriormente fue orgulloso y egoísta al no querer ayudarlo en su necesidad.
Con esta ayuda que el pero callejero le dio, el perro abandonado sobrevivió a esa noche y comprendió cómo era la vida en la calle, así como también se dio cuenta de que no era ni más ni menos que los demás perros.


MORALEJA: “No hay que discriminar a los demás, en el mundo somos todos iguales”.

El surgimiento de la traición.

El surgimiento de la traición.


Luego de la muerte de Argos, rey de Persia, sus hijos Martos y Elindes, se enfrentaron en una guerra por el trono que duró treinta y seis años. Ésta fue generada porque el más chico, Martos, estaba celoso de Elindes, ya que a éste le correspondía el trono al ser el hermano mayor; por lo que decidió volverse en contra de él y de los hombres que lo acompañaban en su mandato.
Sin embargo, tiempo más tarde Martos les propone a los súbditos de su hermano, que si lo ayudaban a obtener el trono, los compensaría con un botín de oro y plata.
Éstos aceptan la propuesta y se revelan en contra de Elindes haciéndole perder el mandato y coronando como nuevo rey a Martos, quien se apodera de la corona.
Luego de haber obtenido el poder, los hombres le fueron a reclamar lo que les había prometido, pero él les dijo que en ese momento estaba mintiendo y que nada de lo que les había dicho iba a suceder.
Al escuchar estas palabras, deciden volver con Elindes, pidiéndole perdón, pero ya era demasiado tarde, ya que al haber traicionado a quien en un principio era su rey , ellos también serian traicionado en algún momento de su vida
A partir de ahí surgió la traición .Por esto se sigue traicionando por poder y dinero.


Autores: Fabricio Almada
Santiago García.

La lección de la ardilla

Un día estaba la ardilla sentada afuera de su casa, comiendo bellotas que había sacado del bosque. En frente estaba el gorrión y el pájaro carpintero discutiendo cómo hacía la ardilla para conseguir tanta comida todos los días.
Un día el gorrión se enteró de que su abuela de San Juan estaba muy enferma y la tenía que ir a ver, entonces le pregunto al pájaro carpintero si le podía hacer el favor de cuidarle su casa. El pájara le dijo que o podía. La ardilla estaba allí y le dijo que con mucho gusto ella le cuidaba la casa.
El gorrión y el pájaro se quedaron hablando aparte de los rumores que se corrían a cerca de ella. Los animales estaban convencidos que ella robaba, y decidieron darle una lección a la ardilla.
Entonces ellos muy astutos decidieron ponerla a prueba, en esos momentos la invitaron a dar una vuelta a juntar bellotas y mas semillas.
Cuando juntaron todo, le dijeron a la ardilla que se quedara cuidando un segundo la comida ya que ellos volverían en un instante. Al pasar una hora aparecieron y decidieron regresar.
Al llegar a su casa y contar la comida se dieron cuenta de que no les faltaba nada, y que estaban equivocados.
Muy avergonzados fueron y le contaron a la ardilla lo que habían hecho y ella les dijo lo siguiente:
-Chicos” ¿Por qué piensan eso de mi? ¡La comida yo la saco de un pequeño monte que esta al fondo de este bosque, con muchos árboles de bellotas!-
El gorrión y el pájaro carpintero le pidieron perdón, y así la ardilla se quedó cuidando la casa del gorrión.


Autora: Josefina Taboada

El perro de la calle

Un día iba un perro caminando por las calles, creyéndose el líder de todo, ya que peleaba con todos los perros y gatos que se le cruzaban y ninguno lo podía vencer.
Este perro era vagabundo, no era de raza y siempre iba de acá para allá buscando comida. No le importaba nada, se metía en cualquier lado con tal de comer, pero así siempre se metía en casas de familia a buscar bolsas de residuos.
Una noche, hambriento fue a una casa y salio un gato, el perro enseguida peleó con éste y lo venció, entonces fue tranquilo y agarró las bolsas con basura y comió lo que había dentro.
Este perro siempre hacía lo mismo, hasta que un día se metió en una casa donde también se encontró con un gato. El perro se tiró para atacarlo pero no lo logro porque justo apareció el perro de la casa a defender al gato. Como este perro, era de raza Pitbull, lo agarro del cuello, como acostumbran a agarrar a los perros, y le dijo:
-Qué crees que haces?-
El perro le respondió:
-Vengo a buscar comida, pero me confundí de casa, perdoname-
Entonces el pitbull le dijo:
-Yo te voy a soltar, pero prometeme que no vas a lastimar a ningún otro gato, ni perro que se te cruce porque sino ahí si que no respondo de mi. ¿entendido?-
Y el perro asustado le dijo:
-Si, si. Lo prometo ¡Mil disculpas!-
Después de esto, el perro se fue muy apenado y sabiendo que no tenía que dañar nunca más a ningún animal, y sabiendo también que él no era el perro mas poderoso de todos.


Autora: Jacqueline Puntieri.

El conejo y su señora

Una tardecita el conejo le dice a su esposa que a la noche iba a ir a la casa de un amigo comer. Entonces la coneja le pregunta quién vas y el conejo dice:
“-En realidad, muy bien no sé, me invitaron! ¡No pregunté!-“
La coneja duda de su fidelidad y pregunta s puede ir porque no tenia nada que hacer a la noche y se iba aburrir sola en la casa. Pero el conejo le contesta que era una reunión sólo para amigos.
Llega la noche y el conejo se despide y se va rumbo a la casa de su amigo. Como la coneja no le creía nada de lo que decía, decidió seguirlo. Mientras iba caminando, la coneja es sorprendida por un lobo; ella asustada empezó a gritar y el conejo corre a ver qué era lo que ocurría. Al ver que era su esposa corre a defenderla y logra escapar, cuando ya estaban a salvo el conejo le pregunto:
-¿Qué estabas haciendo en el medio del bosque? ¿Me estabas siguiendo?
-Es que no creo que vayas a la casa de tu amigo!
El conejo al escuchar esto lleva a la coneja a la casa de su amigo para que se de cuenta de que no tenia nada que ocultar. Y fue así cómo, al llegar a la casa, la coneja ve a muchos de sus amigos.



Autora: Yasmín Corvalán.

La oveja y el lobo

En un campo muy grande se encontraba un rebaño de ovejas pastando. Como hacía mucho calor, una de ellas sintió sed y se fue a tomar agua al arroyito que pasaba por allí. A la vez, había un lobo que andaba vagando en busca de un lugar cómodo y fresco para dormir la siesta. Al igual que la oveja, se dirigió al arroyito. En un abrir y cerrar de ojos se encontraron , la oveja se dio flor de susto pensando que el lobo la atacaría pero no fue así, el astuto lobo le dijo que solamente quería ser su amigo y que andaba buscando un lugar donde poder quedarse porque estaba solo y abandonado. La oveja no creyó nada de las palabras del lobo y le dijo que si eran ciertas sus intenciones debía irse muy lejos de allí y no volver. Muchos días anduvo vagando el lobo, hasta que encontró un buen lugar no muy lejos de donde se había encontrado con la oveja.
Unos días después, la oveja decidió nuevamente ir a refrescarse al arroyito pero ahora tenía más agua y corría con mucha fuerza porque había llovido hacía unos días. Solitaria y pensativa iba caminando la oveja por la orilla con tanta mala suerte que resbaló y cayó irremediablemente en el agua. Entretanto el lobo, que aldaba buscando comida por los alrededores, comenzó a sentir una balido cada vez más fuerte y desesperado: “beeeeeeeee, beeeeeeeeee “. Agudizó sus orejas y corrió hacia el lugar de donde venía el llamado, así llegó hasta el arroyito y vio a la oveja sosteniéndose de la rama de un sauce que casi tocaba el agua. Sin pensarlo se arrojó al agua y la salvó de una muerte segura. Ya en la orilla de nuevo, la oveja no se atrevió a dudar de las buenas intenciones del lobo y le pidió perdón. El lobo, así, no sólo se ganó una amiga sino que se convirtió en guardián de todo el rebaño.


Moraleja: No podemos juzgar a los demás sin antes conocerlos.






Autora: Sara Quezada.

La liebre y el zorro

Una liebre estaba descansando debajo de un árbol al costado de un camino, cuando de repente se oyeron los aullidos de un zorro. Alarmada, la liebre salió corriendo a toda velocidad pero cuando se quiso acordar ya tenía al zorro detrás de ella. Corrió tratando de llegar a la cueva de otra liebre amiga pero las fuerzas la abandonaron y el zorro la atrapó. Ella se defendía con todas sus fuerzas para liberarse de las garras y los dientes del zorro pero éste era muy fuerte y de gran tamaño, en un descuido del animal, la liebre pudo escapar, golpeada y mordisqueada y llegar a la cueva de su amiga. El dueño del campo que estaba observando toda la escena a lo lejos, se acercó, compadecido por el sufrimiento de la liebre e ideó una trampa para el zorro. Este finalmente quedó atrapado y el dueño del campo se lo llevó a su casa para matarlo , cuando todo estaba dispuesto, llegó la liebre y con mucha pena le pidió al hombre que no matara al zorro , que se le podía dar una oportunidad. Entonces el zorro le pidió perdón a la liebre y se hicieron amigos.


Moraleja: No hay que aprovecharse de los demás porque sean indefensos o poco hábiles porque en algún momento podemos necesitar de ellos.



Autora: Micaela Sívori.

El chimpancé y la jirafa

Una jirafa que vivía en las selvas africanas estaba dando su paseo matinal acostumbrado cuando, de repente, vio un gran racimo de frutas en un árbol cercano, pero, a pesar de que su cuello era muy alto, no podía alcanzarlas. Por casualidad, pasaba por ahí también un chimpancé, que al igual que la jirafa, quedó
Maravillado ante la vista del racimo. Por respeto a la jirafa, porque ella lo había visto primero, el monito le ofreció unir fuerzas para poder alcanzarlo, pero la jirafa quería todo para ella y se negó rotundamente.
Ambos se quedaron durante varias hora bajo ese gran racimo buscando la forma de poder bajarlo, cada uno a su manera; el chimpancé se quedó sentado, pensando y pensando la forma de bajarlo y de convencer a la jirafa para ayudarse mutuamente, la jirafa, por su parte, saltaba tratando de bajar el racimo con su cabeza, también trató de mover el árbol, sacudiéndolo para que el fruto cayera, arrojó objetos, intentó trepar al árbol, todo para no compartir el botín con su ocasional amigo. Luego de miles de intentos, cansada de fracasar y ya exhausta y muerta de hambre, dijo: -¡Dale, monito subite por mi cuello hasta mi cabeza y bajémoslo!

El champancé no dudó un solo segundo en hacer lo que pedía la jirafa y al fin el racimo cayó al suelo. Unos minutos después ya no quedaban ni rastros de él y tanto la jirafa como el chimpancé continuaron con sus caminos en direcciones opuestas pero relamiéndose.


Moraleja: La unión hace la fuerza.



Autor: Agustín Fontana.

La serpiente y el ratón

Una vez iba caminando un ratón muy cómodamente por una casa abandonada en el campo. Como el día estaba muy soleado y cálido decidió salir. Afuera, detrás de la casa había cinco serpientes esperándolo para comerlo. El ratón las vio pero no se asustó y haciendo gala de su astucia dijo:

-Si me comen, se meterán en problemas…

Las serpientes casi se mueren de la risa y casi ahogadas preguntaron:

-¡Porqué nos vamos a meter en problemas?

El ratón contestó:

-Alrededor de ustedes hay trampas. Dicho esto, el ratón se quedó tan tranquilo que las serpientes hicieron como que no lo oyeron y cuando intentaron reptar para abalanzarse sobre él, las trampas entre los pastos comenzaron a apresar sus colas e inmediatamente todo era un lío de gritos y de llantos de dolor.

El ratón, muy divertido comenzó a reirse y les dijo:

-No digan que nos avisé. Vamos a hacer un trato, si ustedes no me comen, yo las saco de su trampa.

Las serpientes estaban tan doloridas que no podían pensar, entonces aceptaron pero le advirtieron que no querían volver a verlo por allí porque no tendrían piedad con él.
El buen ratón las ayudó cortando con sus dientes las trampas y las serpientes lo dejaron ir pero nunca volvieron a cruzarse.

Moraleja: A veces hay que aprender a confiar en aquellos en los que nunca hubiéramos pensado.



Autor: Enzo Godoy.

La señora pechomaga

En San Nicolás había una comunidad muy chiquita llama Villa Esperanza, allí vivía una señora llamada Magalí con sus dos hijos, uno llamado Ignacio de catorce años y el otro llamado Leonel de dieciséis; ellos iban a la escuela de la comunidad y eran muy estudiosos.
Un día, Magalí mandó a Leonel, su hijo más grande a que limpiara el pozo de basura del fondo de su casa, mucho tiempo le llevó al muchacho la tarea por lo que no pudo terminarla sino hasta el día siguiente. Una vez que hubo terminado, Leonel llamó a su madre para que viera cómo había quedado todo limpio. Cuando su madre llegó, Leonel estaba parado a la orilla del pozo y su madre lo hizo detrás de él, cuando le dijo a su madre que mirara el fondo, ella, sin querer golpeó su espalda y el muchacho cayó hacia el pozo golpeándose la cabeza, lo que le provocó la muerte. Luego de seis años de sufrimiento y dolor , Magalí también falleció porque nunca pudo reponerse a la muerte de su hijo.
La gente de la comunidad dice que cuando alguien pasa cerca de esa casa, hoy abandonada, oye gritos y llantos y que si alguien se acerca a mirar hacia el fondo del pozo, inevitablemente se cae.





Autora: Milagros Farías

La honestidad, ante todo.

En un pueblo muy lejano, se encontraba un hombre muy humilde, pobre, bueno, generoso, con un gran corazón, llamado Juan.
Durante toda su vida vivió en la calle, sin la ayuda de nadie. Desde muy pequeño quedó huérfano, solo, tuvo que aprender a sobrevivir. A pesar de la vida que le había tocado vivir, nunca bajó los brazos, siguió luchando por el, pero principalmente por los demás. Trabajó siempre y lo poco que ganaba lo donaba.
En sus tiempos libres iba a jugar a la pelota con niños también huérfanos como él. Ese mismo día, luego de haber jugado con los niños en su recorrido, detrás del árbol donde él vivía encontró algo extraño, lo miró detenidamente y supo que era un maletín repleto de dinero .Juan no supo como había llegado hasta ahí y esa noche durmió muy intranquilo esperado la llegada de alguien. Al día siguiente regresó a ese mismo legar un hombre muy elegante quien le preguntó si había visto un maletín, Juan le dijo que sí pero quiso buscar algunas pruebas para comprobar si verdaderamente era el dueño. Éste busco dentro del maletín y encontró fotos y documentos que sirvieron como prueba para devolvérselo.
El hombre muy agradecido por su actitud, quiso recompensarlo con parte del dinero y una casa. Juan no pudo creer lo que le estaba pasando, él aceptó la casa pero el dinero fue donado a los a los niños huérfanos.
De esta manera Juan se sintió en paz debido al acto de solidaridad que había realizado con los niños huérfanos y también al dueño del maletín.

Rolla Magalí y Lamberto Lucía.-

LA LEYENDA DEL MIEDO

Hace 100 años después de cristo en un pueblo en el que nadie le tenía miedo a nada, una mujer llamada María estaba un poco perturbada por un accidente que tuvo cuado era pequeña. Ella estaba jugando con otros chicos se cayó, se dio la cabeza contra una piedra y perdió la memoria durante un tiempo y luego la volvió a recuperar pero nunca quedó bien.
En el mundo había tanta maldad que ya no había mas lugar en el infierno entonces todo aquel que fallecía con muchos pecados resucitaba y asesinaba a todo aquel que se le cruzaba en el camino. Entonces las personas empezaron a sentir un sentimiento desconocido.
Las personas de ese pueblo sabían que iba a morir ,aprovechaban robaban en las viviendas y asaltaban a las personas algunos escapaban del pueblo y los resucitados lo seguían así que se fueron desparramando, y los que lograban escapar de los resucitados quedaron con ese sentimiento desconocido y eso le provocaba nervios.
María debido a lo que estaba ocurriendo se ocultó en su sótano, cuando amaneció los resucitados empezaron a morir por la luz del sol. María era la única que había quedado viva en el pueblo y como estaba sola se trasladó a otro pueblo vecino. Ella le contó a los habitantes, del otro pueblo lo que le había sucedido a la gente, pero nadie le creyó porque estaba un poco perturbada pero aun el miedo siguió existiendo y María murió sin saber que el sentimiento que había sentido era el miedo pero los otros habitantes que escaparon desparramaron el sentimiento por el mundo.




Autores: Barba Julián
Franco Nahuel
Giménez Matías

El Reencuentro

En Bangbrington (Ciudad de Rusia) donde no habitaban muchas personas, vivían dos hermanos llamados Tinto y Puchi, Tinto tenia 16 años y su hermano 8 años, ellos eran huérfanos y también muy unidos, soñaban con encontrar a sus padres.
Vivian cerca de un bosque muy tenebroso donde habitaban seres sobrenaturales, plantas carnívoras y árboles que hablaban.
Un día se pusieron a limpiar el sótano de su casa, allí había un cofre que estaba cerrado, ellos necesitaban una llave con forma de caracol, Puchi (el más chico) siempre llevaba con el una llave con esa forma, con ella pudieron abrir el cofre. Allí había una carta, la leyeron y descubrieron que había escrito su padre, la cual decía que Tinto y Puchi debían escribir una, describiendo sus vidashabotuales, después de esto uno de ellos debía llevársela a su padre al bosque del terror, el en cual su padre vivía.
Se pusieron a pensar quien de los dos se animaría, Tinto se ofreció para ir, enseguida escribieron la carta, prepararon la comida y bebida para el viaje que sería largo.
Al día siguiente, Tinto partió hacia el bosque, había mucho viento pero recorrió con paciencia el largo camino, al llegar, las puertas hechas de arbustos y de enredaderas, se movían solas. El estaba muy asustado, pero a pesar de todo entró.
Cerró las puertas detrás de él y comenzó a caminar, sintió un ruido entre las ramas, se fijó y no había nada. Al cruzar un puente lo empujó, se cayó al agua y se desmayó. Cuando se despertó vio unos hermosos ojos azules, se asustó y salió corriendo.
Era Candas, una hermosa princesa que había sido destronada de su castillo y que habitaba el bosque desde los 9 años.
Tinto se presentó, y le preguntó a Candas si conocia a un hombre llamado Thiller, Candas le dijo que este hombre vivía en la parte mas tenebrosa del bosque. Ella se ofreció a ir con el para guiarlo y así marcharon rumbo hacia la casa de Thiller. En el camino se enfrentaron con plantas carnívoras, enanos malvados, y al llegar entregaron la carta. Tinto se reencontró con su padre, se abrazaron y hablaron un largo rato. Finalmente Tinto dijo:
-¡Tengo que ir con mi hermano!
Tuvo que marchar, Candas lo acompaño hasta su casa donde estaba su hermano, se hicieron amigos y desde ese entonces se visitaban siempre que podían.

Autor: Sofía Maturano

El zorro y el gato

Había una vez un gato que iba caminando por el bosque y vio a un zorro que estaba descansando debajo de un árbol.
-Buen día- le dijo el gato al zorro, -¿Le puedo hacer una pregunta?-
-Decime- dijo el zorro.
-¿Cómo hacés para vivir sin trabajar? A mi, mi dueño me tiene de acá para allá para que mate a los ratones, no me deja tranquilo.
-¡Ah, no! Vos sos un gato tonto. Estas hablando con el maestro de la astucia. Un ejemplo: yo aprovecho cuando se hace de noche y entro a las granjas y me robo algunas gallinas. Tengo comida para un rato largo.
-¡Qué suerte la tuya!- dijo el gato -¡ojalá yo pudiera hacer lo mismo!
-¡Pará un poco!- dijo el zorro -¿cómo te animás a tutearme? Es una falta de respeto, y yo que te demostré cómo me las arreglo para sobrevivir. ¿y vos? ¿cuántas cosas sabés hacer?
Tímidamente, el gato dijo:
-Y… bue… yo solo se cazar ratas y treparme a los árboles cuando los perros me persiguen.
El zorro lo escuchó y empezó a reírse a carcajadas, al cabo de las cuales dijo:
-Como yo sé mucho… te voy a enseñar algo para que vivas mejor.
Estaban charlando del asunto cuando aparecieron unos perros, el zorro desesperado empezó a correr pero el gato se subió al árbol y le gritaba al zorro: -¿y ahora qué hacés? ¿no era que vos sabías todo?. Mientras tanto los perros se tiraron encima del zorro y lo atraparon.
-¡Socorro, socorro!- gritaba el zorro. El gato le decía: -¿Y, zorro? ¿Qué hacés con tu astucia ahora?
Al fin, después de tanto alboroto, los perros se llevaron al zorro.
El gatito, divertido, le decía mientras veía la cara despavorida del zorro: -¡Chau, zorro, chau! Con toda tu astucia no te pudiste salvar. Yo en cambio sólo necesité treparme al árbol.

Moraleja: La soberbia te envilece y la humildad te engrandece.

Autoras: Débora Ramallo
Lucia Giménez

El león y el tigre

Una vez, en la selva había un león y un tigre que eran muy amigos. Entre ellos había un lazo de confianza muy grande, pero el tigre se dio cuenta de que el león era mejor visto que él en la selva y empezó a desconfiar, porque decía que no podía ser tan perfecto.
Un día, el león le contó al tigre que le tenía miedo a los ratones, pero le dijo que nadie se podía enterar porque sino él iba a perder el trono de Rey de la Selva.
El tigre casi sin pensarlo, debido a la desconfianza y a la envidia que le daba el león, decidió contárselo a todos los animales y a partir de ese momento el león se vio humillado y obligado a ceder el trono de la selva al tigre.
Mientras el tiempo seguía pasando, el tigre no hacía nada en la selva para mejorarla y cada vez más animales se ponían en contra. Como veían que la actitud del tigre no cambiaba, los animales decidieron tenderle una trampa haciéndole creer que le iban a hacer un homenaje porque era el más valiente de la selva.
Cuando llegó, el tigre estaba ansioso, pero al llegar se encontró con muchos animales furiosos y cuando otros estaban a punto de matarlo, llego el león y separó a todos los animales que estaban cerca del tigre para que no le pegaran más y a los pocos minutos confesó: “-yo no puedo ser tan valiente como todos piensan, pero ahora nadie va a volver a confiar en vos porque la confianza que se le da a un amigo hay que respetarla y no desconfiar de él por envidia, ahora andate, espero que hayas sido feliz con tu trono, además no vale la pena matarte”.
Luego de que el tigre hubiera salido disparando como un cobarde, todos los animales lo felicitaron al león y volvió a recuperar su trono en la selva.

Moraleja: La confianza es un vínculo muy importante entre amigos y no se pude destruir.


Autores: Julián Santana
Federico Paganini

La hormiguita y la cerda

Había una vez una hormiguita que quería cruzar un arroyito, pero para ella era un mar. Pensando y pensando, decidió cortar palitos y unirlos con pelos de cola de caballo, y con mucho esfuerzo se puso a hacer una balsa. Cortaba palitos más largos, más cortos, algunos gruesos y otros más finos. Y así logró terminarla.
En eso una cerda que se refrescaba en ese arroyo, se ofreció a ayudarla a cruzar: “-súbete a mi lomo, que te cruzo”- dijo la cerda.
La hormiguita la miró con mala cara y le dijo: “-Salí de acá gorda, estás toda sucia con barro. Yo no necesito de tu ayuda”. La cerda insistió en cruzarla pero la hormiguita la seguía rechazando.
Así la hormiga se lanzó al arroyo con su balsa, pero a la mitad del camino, la balsa comenzó a desarmarse y finalmente la hormiguita murió ahogada.

Moraleja: No hay que fijarse en lo que aparenta alguien, porque muchas veces los favores te los pueden prestar esas personas y la apariencia es lo que menos importa.


Autora: Agustina Martínez

El lobo y las gallinas

En un campo muy lejano, vivía un señor llamado Osvaldo que odiaba a los animales, salvo a las gallinas.
Como todos los días, las soltaba para que comieran su ración de maíz, hasta que un día ocurrió algo distinto: apareció un lobo que quería devorarlas. Corrió hasta el corral e intentó morder a algunas pero apareció Osvaldo con un arma y una soga para atraparlo. El hombre pudo reducir al lobo y lo ató en un árbol cerca del gallinero hasta que llegara la hora de matarlo. Las gallinas sabían que el lobo era peligroso pero también sabía lo que se sufría en manos de Osvaldo, entonces, esperaron un descuido de el y desataron al lobo. Picotearon y picotearon todas juntas la soga hasta que éstas se rompieron. Ahora, en libertad, el lobo podía hacer cualquier cosa, incluso devorarlas, pero no lo hizo y como muestra de su agradecimiento les dijo:
“-Yo les prometo, mis nuevas amigas, que nunca más las voy a molestar y que no volveré por estos lados.”
Las gallinas confiaron en su palabra y lo dejaron ir. Luego de un largo tiempo, el lobo muerto de hambre decide regresar en busca de sus amigas; ellas, al verlo, trataron de saludarlo pero en ese instante, él saltó al cuello de una y la mató. Todas juntas empezaron a cacarear fuerte para que Osvaldo las escuchara y fuese a ayudarlas, pero Osvaldo no escuchó. Finalmente el lobo logró su objetivo y se comió a todas las gallinas.

Moraleja: “brindarle demasiada confianza a alguien nos lleva muchas veces a equivocarnos”


Autora: Noelia Pidote

La pequeña Julieta y la fuente de oro

Había una vez una niña llamada Julieta que soñaba con ver a un duende. Todas las noches su padre le leía cuentos de fantasías y sueños. Ellos eran los que impulsaban a la pequeña Julieta a soñar. El día de su cumpleaños, su madre, quien era una señora muy imaginativa y aventurera, le regaló un cuento de duendes. A la pequeña niña le fascinó el regalo de su madre y comenzó a leer el cuento esa misma noche, así pudo enterarse de que los duendes vivían en los bosques como el que estaba cerca de su casa. Un segundo tardo la pequeña Julieta en tener la idea de ir hasta allí. La pequeña se preparó para ir a buscarlos pero tuvo que escaparse, porque sus padres no la dejarían ir sola. Al llegar allí se enredó en una búsqueda de sueños y de aventura, había leído que se encontraban en el centro del bosque, por lo que comprendió que tenía que ir directamente hacia allí. Al llegar al lugar se sorprendió al ver una gran fuente de oro en forma de una vasija bien grande llena de monedas, comprendió que sólo los duendes podrían tener una fuente así. En ese instante se produjo la mágica visión, allí, muy cerca de ella, había un duende, muy bajito con un sombrero y una ropa muy cómica, lo cual hizo reír mucho a Julieta. El duende se asustó al verla y se escondió, mientras tanto Julieta trataba de hacerle comprender que ella no era mala y que no era una amenaza para él; muy lentamente el bajito ser empezó a acercarse, le habló y le pidió que no dijera nada ya que nadie podía saber que ellos existían y le prometió que le daría a cambio todo el oro de la fuente; Julieta prometió pero rechazó la riqueza porque lo único que quería era un amigo de verdad. Jugaron un buen rato al cabo del cual, la niña volvió a su casa y se acostó antes de que sus padres se despertaran. Al rato comenzó a amanecer y el papá, como todos los días, al entrar al cuarto de la pequeña vio que ella estaba dormida con una gran sonrisa en el rostro, la despertó y le preguntó que era lo que la hacía tan feliz, Julieta contestó que había tenido un sueño mágico.

Autoras: Daiana Trabuco
Perla Carrasco

El ogro y la princesa

En un país muy lejano había un castillo en el que se encontraba una princesa muy bella, cabello largo, negro y ojos azules; ella estaba cautiva y cuidada por un gigantesco dragón verde con cola muy larga y patas muy grandes. Ella esperaba todos los días que su enamorado príncipe fuera a rescatarla.
Del otro lado, el príncipe estaba buscando la manera de llegar hasta ahí, como cerca del palacio vivía un ogro muy feo de orejas y dientes muy grandes, el príncipe fue en busca de ayuda y le pidió que fuera a rescatar a su amada.
El ogro, muy entusiasmado, aceptó la propuesta inmediatamente, preparó sus cosas y partió en busca de la princesa, en el camino se encontró con un gato que lo acompañó y durante todo el camino le contó la historia de cómo vivía la princesa en ese castillo enorme.
Al llegar, tuvieron que pasar por un puente debajo del cual había lava ardiente, el gato, con mucho miedo de caer, no quería pasar, pero cuanto menos se descuidó el ogro, aquel estaba del otro lado del castillo.
Al entrar, se admiraron por no ver a ese dragón que la tenía cautiva. El ogro fue en busca de la princesa y le pidió al gato que lo esperara; cuando ya se iba apareció el gigantesco dragón, el gato muy asustado quiso escapar pero el dragón lo tomó de la cola y comenzó a hacerlo girar. Mientras tanto, el ogro llegaba a la habitación de la princesa, la tomó del brazo y le pidió que esperara un poco porque primero tenía que matar al dragón. Al salir de la habitación encontró al gato en manos del dragón, lo rescató y le dijo que sacara a la princesa del castillo, luego mató al dragón y los tres juntos marcharon rumbo al palacio.
En el palacio ya estaba todo dispuesto para la boda de la princesa con el príncipe. La princesa se preparó y cuando llegó el momento de dar el sí, entró el ogro y besó a la princesa, todos se quedaron muy admirados porque la princesa, al recibir el beso, se convirtió en ogro, lo que siempre había sido.
El ogro y la princesa se casaron y vivieron felices por siempre.


Autoras: Brenda Marasco
María Bernasconi

El nacimiento de la locura.

Un día, un mago estaba triste porque poco a poco estaba perdiendo sus poderes y quería que todos se sintieran igual de mal como él, porque era muy egoísta y no soportaba ver a los demás felices.
El mago se llamaba Makeni y vivía en un castillo embrujado con su esposa y sus 3 hijos. Makeni tenía un espejo que le había regalado su padre cuando era chico. Él se miró en su viejo espejo, y como no le gustó lo que vio, lanzó un rayo de poder que cay’o sobre el espejo y lo hechizó. Como vio que lo que había hecho lo podía ayudar en su malvado plan, llamó a su querido búho para que llevara el espejo al pueblo más cercano, llamado Tazummi.
Cuando el búho estaba atravesando un gran bosque, apareció un enorme troll que lo asustó e hizo que al búho se le cayera el espejo en un árbol. En ese momento pasaron unos murciélagos y uno de ellos lo tomó y lo llevó a su cueva que estaba arriba del castillo del Dios. El espejo se cayó y él lo encontró, se miró y se puso triste porque no le gustó lo que vio en él, como al mago.
Solamente las personas que tenían poderes eran las únicas que se ponían tristes con el hechizo, y a los demás solo les hacía otro efecto.
El Dios metió el espejo en una caja, muy cerrada, para que nadie la viera y se sintiera como él. Entonces llamó a su búho para que llevara la caja y la tirara al mar, el búho lo obedeció y cuando estaba en camino, un hombre lo mató confundiéndolo con una paloma. Este hombre, de curioso, abrió la caja y se miró en el espejo. Pocos minutos después, el hombre enloqueció.
Desde ese entonces, cada vez que una persona abre esa caja mágica y se mira en el espejo, se vuelve loca.




Autores: Laureano Cattaneo
Virginia Moreno.

El gorrión y el gato

En un lindo jardín, había un gran árbol donde se encontraba el nido de un gorrión con sus pichones. La madre de los gorrioncitos siempre les enseñaba a sus hijos a ser desconfiados de los gatos porque los podían comer. En el jardín vivía un gato que siempre observaba el nido.
Un día, la madre fue a buscar comida cuando un pichoncito quiso volar como ella y se tiró del nido cayendo, ya que no sabía volar, pero en ese momento, el gato lo vio y lo salvó del golpe. Amable y cuidadosamente devuelve el pichón al nido, cuando la madre llegó, se enojó con el gato ya que pensó que quería lastimar a sus pichones. El gato, al ver la expresión de la madre, le pidió calma y que lo dejara explicarse. Pero la madre ciega por la furia lo atacó lastimándolo en el cuello con su pico. Él para no lastimarla se arrojó del árbol y se lanzó a correr hacia su casa.
Mientras en el árbol, la madre hablaba con sus pichones.
¿Niños están todos bien? ¿Ese gato feo les hizo daño?
¡No mamá al contrario! El señor gato me salvó de una gran caída y amablemente me trajo a casa otra vez.
¿Realmente pasó eso?
¡SÍ mamá!
Entonces voy a tener que disculparme y recompensar su actitud.
Al día siguiente, muy temprano la madre se acercó hasta la casa en donde se encontraba el gato.
¿Señor? ¿Se encuentra bien? ¿Podría hablar con usted?
Claro señora puede hablar con libertad ¿a qué ha venido a hasta aquí?
He venido a disculparme, mis hijos me contaron lo que pasó y realmente me siento muy mal conmigo misma por mi comportamiento, le vengo a ofrecer mi amistad como recompensa por el daño causado, debe saber que estaré siempre que me necesite ¡no se arrepentirá! Por otro lado mi castigo será mi conciencia.
Acepto su amistad mi querida… y me parece muy bien que se quiera reivindicar.
Los dos conversaron por un largo rato y se hicieron amigos.
Así fue como el ave aprendió a confiar más y no juzgar a las personas antes de conocerlas.

Autora: Graciela Fondato

El pueblo hechizado de Crosbil.

Hace muchísimos años en un pueblo muy pequeño existía un bosque hechizado donde las plantas y animales hablaban. Era un lugar oscuro y triste donde había un pantano del cual salían criaturas extrañas. Ningún ciudadano quería visitar el lugar por las cosas que se decían.
En el bosque hechizado vivía una bruja llamada Chila, ella era muy cruel y vengativa, tenía su cómplice, el conejo Pepo, el cual hablaba y era de color violeta.
En el pueblo de Crosbil había una plaza abandonada, donde la mayoría de los juegos estaban rotos; allí todos los sábados a la tarde iba una chica, Filsi , a caminar.
Un día Pepo, como estaba cansado de hacer siempre lo mismo tuvo la idea de invitar a Chila para ir a la plaza abandonada del pueblo. De repente vieron a Filsi escondida en uno de los juegos llorando, esta estaba llorando porque anteriormente había discutido con sus padres.
Chila, se tropezó con una piedra y cayó cerca de Filsi. La bruja y el conejo engañaron a Filsi ofreciéndole una chupaleta, Filsi la aceptó, de esta manera la llevaron al bosque y empezaron a hablar con ella tratando de convencerla de que ellos eran buena gente.
Después de tener una larga charla le pidieron que no dijera nada de lo que había visto porque sino le iba a pasar algo malo a sus padres.
Filsi,no creyó que ellos eran buena gente. Volvió al pueblo muy atemorizada, no quiso hablar con sus padres y pasó derecho para su habitación, se acostó muy temprano y sin cenar; empezó a tener pesadillas. De pronto, sus padres se dieron cuenta de que Filsi no estaba bien y de que estaba gritando, subieron a su habitación, la despertaron y se dieron cuenta de que tenáa fiebre, por eso ,le preguntaron qué le pasaba. Filsi, muy asustada le contó a sus padres que había estado con una bruja en el bosque y que esta la había amenazado.
Al día siguiente todo el pueblo se enteró de que en el bosque hechizado existía una bruja, por tal motivo los padres de Filsi llamaron a los “cazabrujas” y le dijeron a la niña que fuera al bosque al atardecer d,e esta manera les sirvió como carnada.
Los cazabrujas atraparon a Chila, la envenenaron y esta al poco tiempo murió.
El conejo Pepo, por traicionar a su amiga la bruja, le echó una maldición a la familia y sólo otra bruja que se casara con el conejo y viviera con el en el bosque podría deshacer esa maldición.





Autoras: Guadalupe Ferhamme,
Fabiola Ricarte.

La triste historia de una niña llamada Pink

La triste historia de una niña llamada Pink


Hace años una chica de 3 años llamada Pink vivía en un castillo con sus padres; cuando ella cumplió sus 5 años su madre murió. Después de varios meses su padre conoció a una mujer fea con muchos granos. La mujer no la quería a Pink, cuando falleció su padre aprovecho y la echó a la calle quedándose así con todo la herencia. Pink después de varios meses en la calle, muerta de frío y de hambre viviendo en cada rincón que encontraba, comenzó a pedir limosnas a la gente para poder sobrevivir. Un día fue el peor de todos, llovía y llovía sin parar, los rayos iluminaban todo y la tormenta parecía no tener fin. Llegó la noche y Pink estaba muy asustada, caminó sin saber por dónde estaba y fue a pararse debajo de un alero en la entradade una casa elegante , la lluvia no paraba y ella tenía mucho frío. De repente apareció una luz delante de sus ojos, era un hada llena de colores llamada Tink; trayéndole una almohada y una frazada para que se tapara. Más tranquila y calentita le cuenta su situación, que era huérfana y su madrastra la había echado de su casa. Al día siguiente Pink se despierta, y Tink ya no estaba. Sola salió a pedir limosnas a la calle, encontrándose con un niño rico llamado Spunky. Ella le pidió monedas y el la ignoró, todos los días el la ignoraba. Dos días después se encontró con una familia queriéndola adoptar y ella aceptó. Los padres adoptivos la llevaron a su casa para bañarla, alimentarla y vestirla. Cuando llegó la hora de la cena su familia le presentó a su nuevo hermano. El era egoísta, malo y no quería a las personas. Cuando este la vio se enfureció mucho, pero trato de disimularlo. Llegó la hora de acostarse y Spunky se quedó pensando como podía hacer para echarla de la casa. A la mañana siguiente los padres se fueron a trabajar y el niño le preparó el té, poniéndole un polvo que le dio un brujo; era para que se convirtiera en luciérnaga. Cuando se lo llevó a la cama, Pink le dijo que no quería tomarlo. Muy furioso se fue a la cocina a pensar un plan B. A Spunky se le ocurrió ponerle dinero debajo de la almohada y decir que le habían robdo. Horas más tarde llegaron los padres para almorzar .Apenas entraron vieron al niño llorando y le preguntaron que le pasaba; y el nene le contestó que le habían robado plata y sospechaba de Pink. Desesperado todos buscaban el dinero robado, de pronto se les ocurrió ir a la habitación de Pink para ver si lo encontraban, cuando entraron vieron debajo de la almohada el dinero desaparecido, muy decepcionados con la niña la echaron nuevamente a la calle. Spunky muy contento festejó haberla echado. Pink estaba muy triste por lo que le había hecho Spunky y así volvió a su triste vida. Meses después de lo ocurrido, Pink se enteró de que los padres del niño se habían quedado sin dinero y no pudieron pagar la casa y los echaron a la calle. Días después vio al niño pidiendo limosnas a la gente, se acercó para darle lo juntado del día. Spunky impresionado por lo que hizo le preguntó por qué le dio su dinero siendo que él la había despreciado, a lo que Pink respondió: - “Es feo que las personas tengan mucho y sean egoístas con las que están en las calles”.
FIN…




Autoras: Agostina Neyra Melany Gorbarán

viernes, 17 de diciembre de 2010

La envidia de la bruja

Hace muchísimo tiempo en un lugar muy lejano vivía una hermosa princesa que por causa de la muerte de su padre tuvo que hacerse cargo del trono real. La princesa era muy bella y buena y a todos los lugares a los que ella iba la acompañaba su bello pony mágico que podía hablar pero sólo hablaba con ella y con nadie más.

Este pequeño pony blanco había sido un regalo del rey a su hija para que cuando el muriera pudiera ayudarla a gobernar. Esta pequeña criatura era buena, inteligente, y de gran corazón y siempre la ayudaba.

Lejos, muy lejos, en las afueras del reino se encontraba oculto por los árboles del bosque, un tenebroso castillo. En el vivía una malvada bruja llamada Mifareth que siempre quiso apoderarse del trono. Y aprovechando la muerte del rey empezó a planificar como deshacerse de la princesa. Ella sabía que le sería muy difícil efectuar su plan ya que la princesa estaba acompañada de su pequeño pony que la protegía con su magia, por eso pensó que primero debía deshacerse del pony para luego poder deshacerse de la princesa.

Un día la princesa iba camino a su palacio luego e una larga cabalgata sobre su pony, cuando vio pasar al apuesto príncipe Usher de quien se enamoro en un instante.

Usher era un joven apuesto, inteligente, bondadoso, que al verla pasar se quedo anonadado por tanta belleza.

Pero lo que los dos jóvenes ignoraban era que a lo lejos, desde el cielo, estaban siendo espiados por el dragón secuaz de la bruja Mifareth. Cuando el dragón le contó lo que había visto a la bruja, ella decidió adelantar sus planes para evitar inconvenientes, ya que si Usher y la princesa se casaban, Usher ocuparía el trono vacante del rey muerto y eso echaría a perder todos sus planes, entonces al día siguiente decidió comenzar su plan empezando por tomar la apariencia de la bella princesa para engañar al pequeño pony, y así llevarlo hacia el bosque donde lo atraparían y lo encerrarían en una jaula encantada y custodiada por el gran dragón.

La princesa buscaba desesperadamente a su pony cuando de repente se le aparece la horrible y malvada bruja por detrás, pero antes de que la bruja Mifareth pudiera lograr su cometido queriendo convertir a la princesa en una estatua de piedra, alertado por los gritos de la princesa, aparece el príncipe Usher que al reflejar con su espada el hechizo de la bruja, la misma se quedó convertida en estatua deshaciendo así todos los encantos y maldiciones que le había hecho a la gente, desapareciendo así el enorme dragón y dejando escapar al pony.

Después de lo sucedido, Usher y la princesa decidieron casarse ocupando así el trono real del palacio, con la ayuda del pequeño pony. Y desde ese día los encantos de la bruja no volvieron a atormentar a nadie más

Fin…

Autoras: Falconnet Carolina

Godoy Juliana