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martes, 21 de diciembre de 2010

El nacimiento de la locura.

Un día, un mago estaba triste porque poco a poco estaba perdiendo sus poderes y quería que todos se sintieran igual de mal como él, porque era muy egoísta y no soportaba ver a los demás felices.
El mago se llamaba Makeni y vivía en un castillo embrujado con su esposa y sus 3 hijos. Makeni tenía un espejo que le había regalado su padre cuando era chico. Él se miró en su viejo espejo, y como no le gustó lo que vio, lanzó un rayo de poder que cay’o sobre el espejo y lo hechizó. Como vio que lo que había hecho lo podía ayudar en su malvado plan, llamó a su querido búho para que llevara el espejo al pueblo más cercano, llamado Tazummi.
Cuando el búho estaba atravesando un gran bosque, apareció un enorme troll que lo asustó e hizo que al búho se le cayera el espejo en un árbol. En ese momento pasaron unos murciélagos y uno de ellos lo tomó y lo llevó a su cueva que estaba arriba del castillo del Dios. El espejo se cayó y él lo encontró, se miró y se puso triste porque no le gustó lo que vio en él, como al mago.
Solamente las personas que tenían poderes eran las únicas que se ponían tristes con el hechizo, y a los demás solo les hacía otro efecto.
El Dios metió el espejo en una caja, muy cerrada, para que nadie la viera y se sintiera como él. Entonces llamó a su búho para que llevara la caja y la tirara al mar, el búho lo obedeció y cuando estaba en camino, un hombre lo mató confundiéndolo con una paloma. Este hombre, de curioso, abrió la caja y se miró en el espejo. Pocos minutos después, el hombre enloqueció.
Desde ese entonces, cada vez que una persona abre esa caja mágica y se mira en el espejo, se vuelve loca.




Autores: Laureano Cattaneo
Virginia Moreno.

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